Entonces, ¿por qué tantas organizaciones se equivocan con la cultura? Copian en lugar de crear, no logran comprender a las personas, el contexto y el propósito, y no tienen los recursos para administrar verdaderamente el rigor asociado con la alineación del negocio de la cultura con la ejecución de los imperativos estratégicos.

Pocos discutirán sobre la importancia de la cultura, pero surgen desacuerdos vehementes cuando se habla de los marcos y construcciones adecuados necesarios para crear la cultura adecuada. Permítanme intentar poner fin a la tontería de estos debates mezquinos. Los líderes inteligentes no confunden modas y tendencias con cultura. Se dan cuenta de que la cultura (al menos una sostenible) consiste en más que mesas de ping-pong y comida gratis. La clave de la cultura se encuentra en lo que llamo crear una cultura de liderazgo.

Obtener tracción

Aquí hay un consejo rápido: si desea avanzar en la cultura, deje de crear una premisa falsa de que la estrategia y la cultura compiten entre sí. Negarse a participar en el debate estrategia versus cultura. no es estrategia o cultura, sino estrategia y cultura. Claramente, la cultura debe ser un elemento central de la estrategia y, si bien es importante comprender que la visión de la cultura puede ser establecida por el tono en la parte superior, las mejores culturas no se exigen ni se imponen a las personas, sino que son co-creadas por los gente – la gente es la cultura. Pero para las personas no existen productos, servicios, sistemas, procesos, plataformas, etc.

El ingrediente clave

Espéralo... La salsa secreta de la cultura es ubicuidad del liderazgo. El punto en el que toda su fuerza de trabajo no solo se ve a sí misma como líder, sino que está facultada para pensar y actuar como líderes es cuando se arraiga una transformación cultural. Si le dice a la gente con suficiente frecuencia que no son líderes, no se sorprenda cuando le crean. Asimismo, si trata a las personas como líderes, comenzarán a actuar como líderes. Si bien la elección es obvia, se sorprendería de cuántos líderes de personas se equivocan al respecto.

Se reduce al liderazgo

Nada inspira el cambio y la innovación como un gran liderazgo y, del mismo modo, no existe un sistema heredado más costoso de mantener que un liderazgo deficiente. En pocas palabras, el mayor testimonio del poder del verdadero liderazgo es lo que sucede en su ausencia:muy poco.

Una cultura de liderazgo reemplaza marcos rígidos con comunidades flexibles de redes colaborativas. Las decisiones complejas no están reservadas para alguien sentado en la cima de una estructura jerárquica, sino que se impulsan hacia abajo y en toda la organización para desencadenar nuevos niveles de compromiso y productividad. La mejor manera de crear una cultura de liderazgo es valorar y premiar el liderazgo auténtico y eficaz. Crear una cultura basada en una ética que empodere, atraiga, diferencie y sostenga. La única cultura que florece a largo plazo es una cultura de liderazgo.